La sequía se ha convertido en una gran preocupación mundial, y España y Europa no son una excepción. Los datos son alarmantes. España se enfrenta a una grave crisis hídrica, ya que los niveles de los embalses se sitúan en apenas el 40% de su capacidad, lo que supone un descenso sustancial respecto a hace una década. El año hidrológico 2022-2023 acentúa la gravedad de la situación, siendo el más seco desde 1961, con un asombroso 25% menos de precipitaciones acumuladas que la media histórica. Las previsiones para el futuro próximo son ominosas, con estimaciones que apuntan a que la sequía que se avecina puede afectar a más del 70% del territorio español en los próximos meses.
La sequía también está afectando gravemente al sector agrícola, que depende del agua para la producción de alimentos. Los agricultores y las empresas hortofrutícolas se encuentran en una situación crítica al enfrentarse a una serie de retos cambiantes causados en gran medida por el cambio climático.
Uno de los retos es que la disponibilidad de agua para el riego se reduce considerablemente, lo que limita la producción y pone en peligro la calidad de los cultivos. Esto significa que se pueden producir menos alimentos, y los que se producen pueden ser de menor calidad, una consecuencia devastadora incluso para la población mundial.
Además, el agua es un recurso cada vez más caro, lo que aumenta los costes de producción y reduce la rentabilidad del sector. El aumento del precio del agua dificulta la rentabilidad de los agricultores, lo que puede poner en peligro la viabilidad de sus negocios y, en consecuencia, el suministro a tiendas y supermercados.
En resumen, la sequía está teniendo un impacto devastador en la agricultura, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y el futuro del sector. Se necesitan medidas urgentes para hacer frente a este problema, como encontrar soluciones innovadoras para la eficiencia en el uso del agua, invertir en infraestructuras hídricas y concienciar a la sociedad sobre la importancia de este recurso vital.
La innovación como herramienta clave
Ante este panorama, la innovación se convierte en una herramienta fundamental para encontrar soluciones sostenibles.
Los invernaderos son una alternativa viable para optimizar el uso del agua y proteger los cultivos de las condiciones climáticas adversas. Los invernaderos sostenibles y de alta tecnología ofrecen varias ventajas, como:
- Control del clima: Permiten regular la temperatura, la humedad y la ventilación, creando un microclima ideal para el crecimiento de las plantas.
- Riego eficiente: Implementan sistemas de riego tecnificado, como el riego por goteo, que permiten un uso preciso y eficiente del agua.
- Reutilización del agua: Pueden instalarse sistemas de recogida y reutilización de agua para el drenaje de aguas pluviales y de riego.
- Hidroponía: El uso de sistemas hidropónicos para cultivar en invernaderos permite a los agricultores recoger el agua de riego y reutilizarla, aumentando el nivel de ahorro. En este sentido, es importante utilizar un buen sustrato adaptado a las necesidades del agricultor, especialmente un sustrato que favorezca el drenaje del exceso de riego y no acumule humedad, donde las raíces crezcan sanas y fuertes.
Sin embargo, no todos los agricultores pueden permitirse la inversión inicial en un invernadero, aunque sea básico. Por eso hay otras soluciones más asequibles en términos de inversión, como los túneles góticos inspirados en los invernaderos.
El modelo Berryfesta: Una solución básica, sostenible y rentable
El modelo Berryfesta es un innovador sistema de macrotúnel gótico diseñado por J. Huete Greenhouses que ofrece una solución específica para el ahorro de agua en el cultivo de fresas, arándanos, tomates y otros cultivos, además de la producción intensiva durante todo el año:
- Tiene canales entre las capillas que permiten recoger el agua de lluvia, que luego puede reutilizarse para el riego. Esta estrategia permite maximizar un recurso natural que a menudo se desperdicia.
- También incorpora sistemas de cultivo hidropónico que permiten recircular y reutilizar el agua de riego. En lugar de desechar el agua de riego sobrante, se reutiliza para regar de nuevo las plantas. De este modo, el consumo de agua se reduce considerablemente, a veces hasta un 80%.
La combinación de estas dos innovadoras características en un túnel gótico como el que forma el modelo Berryfesta permite un uso altamente eficiente del agua en el cultivo de fresas, arándanos, tomates y otros cultivos.
Estas innovaciones no son sólo teóricas. J. Huete Greenhouses llevan años implantando equipos con el objetivo de que sus clientes sean más sostenibles, no sólo para ayudar a conservar el medio ambiente, sino también para fomentar el ahorro tanto en el consumo de energía como de agua.
Desde 1995, la empresa española ha diseñado y construido invernaderos de producción intensiva en más de cuarenta países (de los cinco continentes), adaptados a las necesidades de cada lugar, clima o cultivo. En todos ellos destaca la eficiencia en el consumo de agua, energía y productos fitosanitarios, entre otros valores, ayudando a sus clientes a ser más sostenibles con el medio ambiente y evitando consumos excesivos.
La sequía es un reto para la agricultura, pero también una oportunidad para la innovación. Los invernaderos sostenibles y de alta tecnología, así como las instalaciones de túneles góticos como Berryfesta, son soluciones viables que permiten a los agricultores optimizar el uso del agua, aumentar la rentabilidad y garantizar la producción de alimentos frescos y de calidad.